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De un segundo a otro

Hola mi querido blog ! te extrañé. Vacaciones te suenan? si, me las tomé por completo, en todos los aspectos. No toqué una sola fotocopia ni trabajo práctico en estos 15 días, tampoco hice los mil trámites y cosas aburridas que tenía programadas (no pensaba madrugar con el frío horrible que nos acechó durante ese lapso de relajación y distensión) y como lo notaste tampoco escribí, te abandoné mi sol ! disculpas miles millones me ocupé de mi novio y mis amigas, soy mala, muy mala lo sé.


Por eso volví con el rabo entre las patas como diría mi querido chavo del ocho, y como estoy (hablando mal y pronto) muy al pedo me dedico a volcar algunas ideas que me estuvieron revoloteando estos últimos días.


Esta mañana falleció un ex vecino, Don José un señor grande (ancianito), muy amable, educado y simpático. Siempre que pasaba por la puerta de su casa lo veía arreglando las plantas, regándolas o poniéndoles un toldo para que no estuvieran a la intemperie y se pongan feas. Eran muchas y siempre hermosas. Tenia una planta de jazmines que en primavera aromatizaba hasta mi patio. En verano cerca de la 6 de la tarde se sentaba con su mujer una una mesita a tomar mates, charlaban, miraban los autos pasar, admiraban sus hermosas plantas y saludaban a la gente que andaba por ahí. Fede, mi hermano, salía a jugar e inevitablemente iba a la puerta de Don José a saludarlo, le preguntaba como andaba, hablaban de fútbol, se contaban quien sabe que cosas y se iba contento a jugar,mientras que mi vecino se volvía a la mesa a acompañar a su esposa y así pasar los minutos, las horas y días de su vida.

 Era un buen hombre, esos que inspiran confianza, siempre me saludó muy afectuosamente hasta cuando la puerta de mi casa estaba llena de amigos, e incluso se ponía a charlar y hacer bromas con ellos. Todas las mañanas se levantaba, le hacía el desayuno a su mujer y volvía a la cama para compartirlo, pero esta mañana fue diferente. Don José se levantó, fue a la cocina pero no volvió con el desayuno. Su corazón era tan grande, lleno de amor y gentileza que no resistió en este mundo, se rebalsó y necesitó más espacio, desde donde mirar a todos sus afectos y protegerlos. Se fue, ya no está más, ya no va a arreglar sus plantas, ya no va a hacerle el desayuno a su esposa, ya no va a charlar con mi hermano ya no va a volver a decirle a mi mamá" que buenos hijos tiene". 

 No llegué a conocerlo demasiado, no sé sobre su familia, ni su color preferido, ni siquiera su apellido. Era mi vecino, parte de mi cotidianeidad, una persona que sabía que existía y tenía la costumbre de saludarme y ser amistoso. Una persona que hoy a la mañana estaba haciendo lo que siempre hacía, cumpliendo la rutina que seguramente lo hacía feliz y no se imaginó que de un segundo a otro no habría más nada. 


Eso es lo que me preocupa o de lo que quiero ocuparme,  casi nunca tomamos conciencia de que de un segundo a otro podemos dejar todo lo que no llena, lo que nos hace felices, nos preocupamos por cosas complejas y no nos ocupamos de celebrar y valorar las simples, como despertarse cada mañana,  abrir los ojos, pensar en las personas que amamos y sentirnos felices de que tenemos una oportunidad más para ser amables, para demostrarles cuanto nos importan y lo feliz que nos hacen. 


Cada día es una oportunidad.

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a lo mejor, está un poco loca.