Sex drugs Rnr. No apto para cardíacos

La bocina sonó 3 veces, el motor del auto se escuchaba ronronear desde el living, se puso perfume y después de mirarse por décima vez al espejo se sintió conforme y salió al encuentro de lo que sabía, sería una buena noche. La ciudad estaba tranquila, era verano y las calles en los días de semana no solían ser muy concurridos, frenaron en el bosque, y como un ritual, el humo de las flores invadió el auto, entre carcajadas y palabras sin sentido, las caricias se hicieron cada vez más intensas, los vidrios se empañaron y lo único que se escuchaba eran las respiraciones, aceleradas, desesperadas como si el aire no alcanzara. Sus manos comenzaron acariciando la espalda del joven hasta que necesitaron más; las uñas describían figuras extrañas sobre la piel pero el dolor no existía, sólo aumentaban más el salvajismo que la situación había despertado en los dos. Besos sin terminar y miradas de deseo incontrolable llevaron a que el asiento del conductor se recline y que a pesar de estar en el bosque la imaginación vuele. Los movimientos eran cada vez más bruscos y de un momento a otro el vestido estaba en el asiento de atrás, la boca del joven recorría su cuello y los suspiros en su  oído la estremecían, lo miró a la cara y vio como la transpiración le caía por la frente, las pupilas dilatadas y sentía cómo la piel de sus cuerpos quemaba con el rose, cerró los ojos y con un sonrisa sintió que estaba  tocando el cielo con las manos.





Este fue uno de los últimos textos que escribí en mi primer año de facultad y uno de los que más me gustó, la consigna era escribir un relato erótico en el que se transmitan sensaciones. Son ustedes queridos lectores quienes tienen que sentirlo y disfrutarlo, dejen comentarios !.


 Saludos y hasta la próxima !






M.S

Violencia de Género - " El amor mata"

Olivia Martini era una joven de 16 años que estaba terminando el secundario en un colegio privado y renombrado de la ciudad de La Plata. Tenía mucho amigos y era conocida por su personalidad siempre alegre, haciendo chistes y sacándole sonrisas a todo aquel que compartiera una charla con ella. A Olivia, como a tantas otras muchachas de su edad, le gustaba salir con amigas, bailar y descontrolar las noches platenses. El amor no era un asunto que le importara, no tenía en sus planes remotos enamorarse ya que creía que la forma de disfrutar la adolescencia era alejándose de compromisos sentimentales.
Cada noche se veía en el mismo bar con sus 3 chicos, esos con los que se divertía un rato y después dejaba ir, sin planteos ni preguntas o respuestas, sólo encuentros casuales  a los que consideraba su pasatiempo favorito.
Cuando tenía 12 años, había tenido un amor platónico, un chico de otra división al que  creía inalcanzable, había intentado llamar su atención pero él, Renzo Giacovanni no había hecho más que rechazarla. Este era el motivo que, Olivia creía, la había llevado al desinterés por el compromiso, ese rechazo que Renzo le había devuelto.
Sin embargo ese no sería el fin de su corta no-relación, una noche de invierno, lo encontró en una pista, él la vio y se acercó a saludarla. Lo primero que le dijo (y esas palabras no las iba a olvidar nunca) fue "Que cambiada estás, ahora sos linda". Desde ese momento no pudo hacer otra cosa mas que pensar en ese joven que desde el primer encuentro la había despreciado, pero a sus ojos (y a los ojos de su obsesión) eran las palabras más hermosas y las que más esperanza le había generado en mucho tiempo.
Comenzaron a verse, siempre respetando los tiempos de Renzo, sus ganas, sus prioridades mientras que Olivia aceptaba lo que fuera y dejaba de lado cualquier cosa por el solo hecho de verlo un rato, recibir migajas de amor, para ella una llamada proveniente del muchacho a las 6 de la mañana cuando la noche ya estaba perdida  era una muestra de amor, cuando en realidad Olivia se había convertido en lo que sus chicos siempre fueron para ella, un pasatiempo más.
A los 7 meses de esta conflictiva relación donde Renzo mandaba y ella sumisamente aceptaba sus reglas, comenzó lo más trágico e insoportablemente humillante.Renzo había conocido a otra chica, con la cual se paseaba y Olivia había pasado a un segundo (tercer o cuarto) plano teniendo que soportar verlo con la otra y ser invisible para el joven que le había cambiado la vida. Sólo se veían cuando el no estaba con su nueva novia y en varias ocasiones la había presentado como su prima en situaciones de apuro.
Una noche cansada  de llorar lo llamó para pedirle una hora y no más que eso para hablar, Renzo no quiso contestándole que tenía cosas más importantes en ese momento, hasta que más tarde se encontraron por casualidad en un bar. Olivia o siguió y le dijo que estaba mal y por sobre todo cansada  de la humillación, para lo que él le contestó con un cachetazo y diciéndole " No sos nadie, nunca lo fuiste y no entiendo como te atrevés a hacerme planteos". Luego de escuchar esas palabras y con el corazón doliendole más que la cara  se fue corriendo a su casa donde se encerró en el baño y no volvió a salir. A la mañana siguiente su hermana abrió la puerta y al entrar vió a Olivia colgando, muerta hacía ya varias horas mientras que en el espejo con labial rojo había escrito " El amor mata".






Este texto lo escribí el  19-5-2011 para textos I, y tuvo la mejor calificación posible además de la felicitación del profe, espero que les guste y lo disfruten tanto como yo al escribirlo. Saludos!

Los Robasueños

Hoy desperté más allá que acá.Y ese túnel maravilloso del que tantas veces oí hablar, en mi imaginación no era mas que un pantano oscuro, húmedo para nada estimulante en el que vivían los seres mas inhumanos y carentes de sentido, los robasueños. 
Ellos con sus malas intenciones, me despertaron luego de darle una brutal sacudida a mi inconsciente en mi lugar más amado, donde creí que era inmune y la seguridad jamás iba a poder ser burlada, atacaron donde más nos duele con un golpe de realidad. 
Porque, ¿Qué son sino las pesadillas? son un simple despertar de esos temores que tenemos guardados en lo más profundo de nuestro cerebro, los que con falsas fachadas intentamos omitir hasta creer que los hemos superado, pero siempre están latiendo impacientes hasta encontrar el momento justo, cuando nuestras defensas más bajas estén y más débiles seamos.
Yo le tengo miedo a la muerte, y por pensar en ella me olvidaba de vivir el mientras tanto, la vida con sus pro y sus contra, alegrías, tristezas, triunfos y golpes, pero es así de inevitable, y el miedo se vuelve frustrante, al no poder superar la preocupación de perder lo que tanto disfruto,el terror de que mis seres queridos lo pierdan, o que yo los pierda a ellos. 
Desperté llorando, y con horribles y dolorosas imágenes revolviendo mi cabeza, son las 7 de la mañana y esos horribles entes que perturbaron mi descanso no solo se ocuparon de eso, sino también de generar esta especie de trauma que me llevo a ponerme a escribir, porque así funciona esto, acción y reacción.
Tengo miedo a la muerte y no hay nada contra eso, salvo el ferviente deseo de que sean suposiciones las que me llevan a temerle, sin olvidar el dolor porque el nunca pase y por el que desearía nunca pasar al ver a otro morir. No hay consuelos, no hay abrazos o palabras que sean suficientes para contener las lágrimas y la desesperación, malditos robasueños, ¿Por qué no inventaron un insecticida aún?