La bocina sonó 3 veces, el motor del auto se escuchaba ronronear desde el living, se puso perfume y después de mirarse por décima vez al espejo se sintió conforme y salió al encuentro de lo que sabía, sería una buena noche. La ciudad estaba tranquila, era verano y las calles en los días de semana no solían ser muy concurridos, frenaron en el bosque, y como un ritual, el humo de las flores invadió el auto, entre carcajadas y palabras sin sentido, las caricias se hicieron cada vez más intensas, los vidrios se empañaron y lo único que se escuchaba eran las respiraciones, aceleradas, desesperadas como si el aire no alcanzara. Sus manos comenzaron acariciando la espalda del joven hasta que necesitaron más; las uñas describían figuras extrañas sobre la piel pero el dolor no existía, sólo aumentaban más el salvajismo que la situación había despertado en los dos. Besos sin terminar y miradas de deseo incontrolable llevaron a que el asiento del conductor se recline y que a pesar de estar en el bosque la imaginación vuele. Los movimientos eran cada vez más bruscos y de un momento a otro el vestido estaba en el asiento de atrás, la boca del joven recorría su cuello y los suspiros en su oído la estremecían, lo miró a la cara y vio como la transpiración le caía por la frente, las pupilas dilatadas y sentía cómo la piel de sus cuerpos quemaba con el rose, cerró los ojos y con un sonrisa sintió que estaba tocando el cielo con las manos.
Este fue uno de los últimos textos que escribí en mi primer año de facultad y uno de los que más me gustó, la consigna era escribir un relato erótico en el que se transmitan sensaciones. Son ustedes queridos lectores quienes tienen que sentirlo y disfrutarlo, dejen comentarios !.
Saludos y hasta la próxima !
M.S
....me encanto tu relato y espero que lo hayas vivido tal cual lo escribiste...besoss
ResponderEliminarLa verdad que esta genial ;) yo le tendria que meter fichas a mi blog tambien porque lo tengo bastantte abandonado pero we Saludirijillos
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