Be to be loved

Desde los primeros minutos de vida, conocemos el amor, el amor de mamá, de la familia, ya más de grande el amor de los amigos y finalmente el amor de una pareja (o dos, o tres ). Desde el principio, pensamos en nuestro futuro, en cuánto amor vamos a recibir  y si vamos a ser o no los afortunados que lo reciban, el "no recibir amor" nos aterra,el amor nos crea expectativas, nos mantiene vivos.
Crecemos con la preocupación de qué va a pasar con nuestro futuro, desde chicos pensamos que queremos ser cuando seamos grandes, que casa vamos a tener, cuantos hijos y hasta que mascota. Empezamos los primeros años de nuestra formación educativa y es cuando comenzamos a formar nuestra identidad, comenzamos a relacionarnos con el entorno, a tener amigos y hasta tenemos algún inocente amor al que seguramente le dedicamos dibujos, cartas y por supuesto, horas de pensamiento esperanzado.Cómo no podía faltar, mi pregunta retórica haciendo referencia al tema...
 Por qué nos importa tanto saber si vamos o no a recibir amor y no nos fijamos en cuanto amor podemos dar o si vamos a poder brindarlo ? Por qué no notamos que a veces puede ser más ratificante, dar que recibir ?
Cuándo digo te quiero, no espero un "yo también"como respuesta, es más, no busco una respuesta. Mi intención realmente, es provocar una sonrisa, la felicidad que nos provoca al saber que recibimos amor, que le importamos alguien,eso busco. Que se sienta sí. Porque sé, descubrí que mi felicidad, ya no es solo mía. Mi felicidad comienza, cuando lo hace la felicidad del otro. De mi otro.